La espeleología española, año y medio sin federación y funcionando.

Natalia Arriaga

Madrid, 20 nov (EFE).- España, uno de los paraísos mundiales de la espeleología, carece desde hace más de año y medio de una federación nacional para ese deporte, tras su liquidación por deudas.

Durante este periodo, al que de momento no se le ve fin, los deportistas han seguido «explorando y localizando nuevas simas» y las federaciones autonómicas «han demostrado que, aunque no sea lo deseable, se puede continuar funcionando sin una federación española».

Así lo asegura Hilario Ubiedo, coordinador de la Confederación de Espeleología y Cañones (CEC) en la que se han agrupado la mayoría de las territoriales (actualmente, 11 de 15) para dar amparo a sus espeleólogos y clubes.

Esta agrupación acaba de obtener el reconocimiento tanto de la Federación Europea como de la Unión Internacional de Espeleología, lo que la legitima plenamente fuera de las fronteras. La CEC tiene ahora puesta su mirada en el nuevo secretario de Estado para el Deporte, José Ramón Lete, con el que quiere reunirse para encontrar una solución a sus problemas.

De hecho, la liquidación completa de la Federación Española no ha sido aún posible, pendiente de la venta del albergue que el organismo tenía en Ramales de la Victoria (Cantabria).

«Mientras queden bienes y deudores, no se puede liquidar del todo», explica Ubiedo.

Ese albergue está situado en una de las zonas más atractivas de la espeleología europea, la comarca del Alto Asón, con más de 4.000 cuevas catalogadas que incluyen el sistema del Mortillano, una gran cavidad 130.000 metros de desarrollo.

El albergue, que era muy frecuentado por espeleólogos ingleses y franceses, está actualmente alquilado a una vecina que solo lo abre en puentes y temporada alta, que se hace cargo de los gastos corrientes y que desconoce si hay alguien dispuesto a comprarlo a corto plazo, según dijo a Efe.

La CEC sí adquirió, en cambio, las memorias y la biblioteca de la federación en la subasta del concurso de acreedores que la liquidó, para que no se perdiesen «horas de trabajo y de exploraciones».

«Tuvimos que pagar por algo que era nuestro. En la Confederación se aporta algo simbólico y hubo que hacer para esa compra una derrama», lamenta Ubiedo, que también preside la autonómica valenciana.

«El final de la Federación Española fue muy triste», dice este dirigente, que señala que, ante las deudas que acumulaba el organismo, cifradas en 460.000 euros, la Federación quiso imponer a las territoriales unas cuotas diferenciadas para cada una.

Once de las afectadas consideraron que esas cuotas eran irregulares y decidieron no pagarlas. Todas ellas fueron expulsadas de la española, decisión que recurrieron ante el CSD. Este organismo les dio la razón.

Mientras se solventaba el recurso, se agruparon en la CEC, que actualmente acoge a todas las autonómicas excepto Andalucía, Castilla-La Mancha, Región de Murcia y Baleares.

La Española se declaró insolvente y fue liquidada. La presentación de una moción de censura contra el anterior presidente, Juan Carlos López Casas, fue descartada por las autonómicas ‘rebeldes’ «para no tener que hacerse cargo de una deuda que habían creado otros», señala Ubiedo.

«Las estructuras se sustentan en las bases. No somos partidarios de que no exista una federación española, pero estamos demostrando que sin ella seguimos funcionando: las competencias están transferidas a las Comunidades Autónomas, la gente sigue explorando y localizando nuevas simas y nos han dado el reconocimiento europeo e internacional», resume el coordinador.

«La intención , en breve, es solicitar una reunión con el CSD y pedir una solución. Hablaremos con el nuevo secretario de Estado para ver si podemos poner fin a todo este drama. La intención de las 11 federaciones es volver a fundar una Federación Española, si se pudiera, sin tener que hacernos cargo de la deuda de otros. Si no, a ver qué nos exponen», comenta Ubiedo.

Él llegó a la presidencia de la Valenciana por fallecimiento del anterior presidente. Se presentó y ganó las siguientes elecciones y de momento no se plantea presidir una futura nueva federación española.

«No es un cargo apetecible ni agradecido. Por más tiempo que dediques, siempre estás en el punto de mira. No me gustaría ser presidente de la española salvo algo excepcional como que nadie se presente. Solo en ese caso me lo plantearía», afirma.

Según él, la disolución de la federación española no ha afectado en nada a los clubes. No reciben más subvenciones que las que cada autonomía da a su territorial. Ahora confían en percibir alguna ayuda del CSD para cubrir, al menos, su participación en las reuniones de la Europea y de la Internacional.

Mientras, la CEC intenta dar ejemplo de transparencia y de un nuevo sistema de gestión con medidas como la rotación periódica de cargos o la necesidad de aprobar todas las decisiones por una mayoría reforzada de dos tercios de la asamblea.

Hilario Ubiedo tiene también la ilusión de que alguna de las cuatro federaciones autonómicas aún fuera de la CEC se una a ella «en breve plazo». EFE